El Emilio es el producto de más de 20 años de trabajo
de campo sobre situaciones asociadas a drogas legales e ilegales, inspirado en
la filosofía de los pueblos originarios, la utilización de plantas y el libro
de Rousseau.
"Es tiempo de romper los sellos
del silencio,
llegamos a la intersección donde debemos decidir
entre controlar el mundo material,
o pelear por conquistar el mundo espiritual;
renunciando a los deseos egoístas
y superando las limitaciones que nos impusimos."
El proyecto promueve la vinculación profunda con lo
natural desde el protagonismo absoluto de la persona en su proceso de cambio.
Nuestro modelo tiene el objetivo fundamental de promover la integración de la
comunidad terapéutica tradicional con alternativas naturales y culturales para
la prevención y abordaje de situaciones asociadas a drogas.
Nuestra propuesta consiste en recordar ese hombre
natural construyendo un dispositivo terapéutico en la prevención y abordaje de
situaciones asociadas a drogas. Buscamos reequilibrar el cuerpo, el sistema
nervioso, para que pueda recordar su capacidad de curarse, de restablecer sus
ritmos, evitando la utilización de químicos, de psicofármacos.
Hemos encontrado en esta combinación de espiritualidad,
alimentación saludable, naturaleza,actividad física, yoga, meditación, medicina
clínica, psicoterapia individual, grupal y familiar, una poderosa forma de
abordaje en el tratamiento de las adicciones.
Nuestra sede central fue construida en el primer
trimestre de 2006, está ubicada en la ciudad de Cosquín, al pie del Cerro Pan
de Azúcar en un predio de 4 hectáreas, con agua de vertiente, fauna y flora
autóctona. Las otras sedes se ubican en el centro de la ciudad y en la
localidad de Cruz del Eje.
Para familias de Capilla del Monte y alrededores se
brindará una frecuencia diferenciada adecuada a la situación particular.
Se avanzará sobre un convenio de trabajo con objetivos
concretos dispositivos e intervenciones terapéuticos y un plazo determinado
consensuado con el grupo familiar. Estamos convencidos que realizar una buena
valoración inicial nos garantizará altas posibilidades de trabajo efectivo en
el tratamiento posterior. El objetivo es construir criterios posibles y no
ideales, potenciar los factores positivos, identificar los riesgos y formar una
red de contención entre nuestro equipo, la familia y los recursos locales.